La historia de Bernal Gutiérrez Nájera, que la cuenta mientras está preso en la cárcel de un país tercermundista post revolucionario por piratear el sistema de telefonía celular propiedad de la empresa estatal e inventar su propio dinero, obtuvo una mención honorífica en el premio de narrativa Manuel Altamirano de la Universidad Autónoma del Estado de México 2018. El narrador habla desde la soledad de su confinamiento, donde lo mantienen sometido a duras y vergonzosas torturas. En sus ratos de paz, rememora los buenos tiempos, cuando con sus amigos y vecinos del multifamiliar Costa Alegre II se las ingeniaron para cometer los delitos por los que lo metieron preso, al tiempo que planea su fuga. Al reflexionar se da cuenta de que su época más feliz fue cuando compartía con sus camaradas sus inocuos planes de negocios, además de comida, bebida canciones y enamoramientos, en medio de sus penurias. Esto lo conduce a valorar la celebración de la vida por encima de las cosas materiales y le da alientos para resolver la situación en que se encuentra.